Hoy, martes 12 de agosto, la nueva ministra de educación
(Gina Parodi), en entrevista realizada en RCN Radio, dijo que los grandes desafíos
de la educación superior en Colombia se refieren a la pertinencia, cobertura y
calidad de la oferta educativa.
La pertinencia de la educación se refiere a que los
programas ofertados respondan a las necesidades del país, a la oferta laboral,
etc. Sin embargo, el asunto es determinar cuáles son las necesidades a las que
se responde. Da la impresión que la oferta de programas responde más a la
demanda de los estudiantes y que tuercen los argumentos para que la oferta
educativa termine respondiendo a necesidades, a las que no se sabe exactamente como
se responde y, peor aún, de las no se tiene suficiente evidencia sobre sus
características. Los programas se terminan abriendo porque son rentables para
las instituciones de educación superior.
La cobertura se refiere a la facilidad de acceso a la
educación. Que todos los ciudadanos tengan formación universitaria. Sobre este
asunto, da la impresión de que con el ánimo de ofrecer cifras de cobertura y
responder a las políticas de cobertura, se termina admitiendo, sin mayores
requisitos, a todos los estudiantes que llegan. Con esto probablemente se
causan graves daños: alumnos mejor dotados, pueden quedar por fuera, pues
llegan tarde a la fila de ingreso; alumnos sin condiciones, desertan tras haber
hecho inversiones millonarias; o, más grave, para no tener altos índices de deserción
se reduce la exigencia, con lo que se gradúan profesionales de dudosa
capacidad. ¿Todos deben ser profesionales? ¿Cuál es la relación costo –
beneficio con ampliación de la cobertura? ¿Es verdad en todos los países que el
incremento de la cobertura está asociado al desarrollo? ¿De cuál desarrollo
hablamos?
La calidad se refiere al cumplimiento de la misión y visión
que cada institución se impone, dadas sus peculiares características y fines
educativos. Se trata de una concepción de calidad que resulta
autoconfirmatoria. Con frecuencia se escucha decir que para cerrar un programa
educativo o una institución de educación superior “deben embarrarla bien feo”. En
general, los sistemas educativos adoptaron la evaluación por pares bajo el
supuesto de que, en sistema de acreditación y la dinámica del mercado, las
instituciones terminaría mejorando constantemente. Pero, la evaluación es
deficiente, es tal el número de programas e instituciones que una evaluación
juiciosa resulta muy onerosa y es tan grande la demanda para ingresar a la
universidad, que se entra a cualquier lugar, aunque de dudosa reputación.
Sí, la pertinencia, cobertura y calidad son grandes
problemas de la educación superior. Aunque, tal vez, por motivos diferentes a
los de las políticas de gobierno.
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