He estado considerando que la tarea en la vida es hacerse cargo de la vida, lo mejor que se pueda, y que "ser feliz" es un efecto secundario, no la finalidad. Vivir es duro, es una tarea. Constantemente nos vemos confrontados con las frustración, con el absurdo, con el dolor. A veces ofendemos, a veces nos ofenden. Otras humillamos, ignoramos, maltratamos, etc., y otro tanto hacen con nosotros.
¿Por qué insistir en un mundo sin dolor, sin muerte, sin absurdo, sin fatalidad? Sí, anhelamos vivir más y mejor, pero hay un límite. Nadie vive por siempre, nadie vive bien siempre. Una importante tarea educativa sería aprender a tolerar la frustración. Aprender a aceptar lo inevitable y a luchar por lo que se puede cambiar. Aprender a confrontarse con la insignificancia de la propia existencia y aprender resistir el vértigo que produce el desafío permanente de la elección.
Además del sufrimiento inevitable, constantemente experimentamos la angustia de la libertad. ¿Me voy o me quedo? ¿Me subo o me bajo? ¿Continuo en esta relación o la dejo? ¿Denuncio o me quedo callado?
Me parece irrespetuoso, ante el dolor ajeno, llegar con soluciones hechas, con frases de cajón. Me molesta que se le diga a los demás como se deben sentir. ¿Acaso vivo en el pellejo del otro? Tal vez sea más honesto estar verdaderamente presente. Reconocer que difícilmente sabré que es estar en el lugar del otro, pero que estoy dispuesto a estar a su lado, que lo voy a respetar y que no me traicionaré a mí mismo solo para agradar.
No estás obligado/obligada a ser feliz. Encargate de tu vida, solo tu puedes responder por ella. Es probable que en la medida que te atrevas a ser tu mismo/misma te lluevan críticas, reclamos, incomprensiones... y el hallazgo de una buena razón para enfrentar cualquier modo tu existencia.
Les dejo este interesante video, relacionado con la reflexión que acabo de realizar. http://www.youtube.com/
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