Me parece una gran bendición poder apagar las luces de mi cuarto cada noche y poder decir gracias, gracias por esa sonrisa, gracias por ese dolor, gracias por ese logro, gracias por esa adversidad. Gracias por la oportunidad única e irrepetible de aprender, que he tenido la oportunidad de vivir. Sí, porque vivir es ir desaprendiendo y aprendiendo cada día.
Facundo Cabral, ese gran error, campeón en equivocaciones, como algún día le escuché decir, cantaba la gratitud de vivir cada día. Tenía una canción, la cantaba cada mañana al despertar. Gracias Señor por esta oportunidad que me das.
Creo que la gratitud es un gran camino de liberación. Creo que todo lo que tenemos, lo que podemos, lo sabemos es regalo, en realidad ninguno se puede jactar de merecer. Darse cuenta de eso es lo que nos puede ayudar a ser libres. Libres del apego. El apego al buen nombre, al aparato de moda, a la persona que "amo", al hijo, a la hija, al padre, a la madre, al título, a los éxitos, a lo que sea. En realidad no somos dueños de nada y lo poco que tenemos, sabemos y podemos, solo pueden llenarnos si somos capaces de entregarlo. La gratitud está a la base de esa experiencia.
Hay quien dice que la actitud de agradecimiento puede curarnos de muchas enfermedades. No sé que tanto sea así. Pero aunque no desaparezcan las enfermedades, no se regenere el tejido que ha muerto, etc., ser agradecidos mejora nuestra manera de vivir.
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